sábado, 9 de febrero de 2013

EL SEGUNDO AÑO

por ralero

 
“Antonio, ya sabes que no me gustan las sorpresas” le decía María mientras volaban lentamente por un cielo cerrado de nubes “quita ya tus manos de mis ojos…” “Ya vamos a llegar y no es una sorpresa” le dijo Toño “quiero que admires esta esplendida vista…” entonces le dejó libres los ojos de María para que mirara…


¡SORPRESA…!

Gritaron al unísono todos los reunidos en la nube 214, María se giró y con un tono de falso enfado le dijo: “¡pero Toño, quedamos que íbamos primero a darle gracias a Dios…!!!”

“Estas son la mañanitas que cantaba un servidor…” Empezó a entonar David acompañado de su cítara y un pequeño coro de ángeles mientras que los invitados se acercaban a la cumpleañera para felicitarla…

“¡Muchas felicidades, mamá!”, se acercó diciendo Juan con sus alas recogidas a la espalda y sus inconfundibles lentes de estructura negra. “Feliz cumpleaños, mamá!” le dijo Pepe dándole un abrazo, “toma te traje un regalito” y le entregó una bola de beisbol de nube compacta “está autografiada por Baby Ruth en persona…”

“¡Felicidades, Doña María!” le dijo su yerno Rafael dándole un pequeño abrazo y entregándole un pergamino, “es un pequeño poema de cumpleaños” le dijo. “¡Feliz cumpleaños a la suegra” dijo entonces Mundo quien, agachándose un poco, le dio un abrazo.

“¡Felicidades, doña María!” se acercó diciendo Martha para luego darle un abrazo y un beso. “¡Felicidades, suegra!” le dijo sonriente Miguel acercándose con su camiseta azul y amarillo y dándole un beso y un abrazo.

“¡Felicidades, abuelita Mary…” dijo entonces Mario y, desplegando unas hermosas alas blancas, dio un pequeño salto y abrazó a María, “ten tu regalo” continuó diciendo mientras le obsequiaba un lindo corazón blanquecino de nimbostratos. “Gracias, hijito…” le dijo María y le dio un beso al pequeño angelito.

Se acercaron también para saludarle vecinos de Tepeyac y amistades de toda la vida, de “la otra vida”. Entonces Toño aclarando su garganta, llamó la atención de todos y dijo dirigiéndose a María:

“Mary, éste es mi regalo, te lo escribí ya una vez pero hoy te lo digo frente a frente, para que mi voz se quede en tus oídos y en tu corazón por siempre:

   “Cuando me aleje yo de ti
y te deje sola,
sin esperanzas de volver
para adorarte.
 
   Por eso quiero estar yo junto a ti
para besarte,
y no llorar después
mi desventura.
 
   Quisiera que vivas para mí
eternamente,
llevarme la ilusión
que fuiste mía.
 
   Por eso yo te amo a ti
adorada mía,
porque quiero que vivas
para mi eternamente…””
 
 
Todos aplaudieron al enamorado poeta, entonces Toño se acercó a María y se tomaron las manos, cerrando sus ojos dieron gracias a Dios y levantaron su vuelo, mientras familia y amistades se quedaron partiendo un pastel de cumulonimbos y Toño le repetía en voz baja: “…porque quiero que vivas para mí eternamente.”

 

EN MEMORIA DE ABUELITA
A DOS AÑOS DE HABER INICIADO EL VUELO…