lunes, 14 de mayo de 2018

LA PEQUEÑA RUTH

por ralero



"La pequeña, Ruth" como me dijo mi madre que le decía mi padre, nació un 14 de mayo de un año que no puedo acordarme (probablemente no lo sé). Aunque su nombre verdadero es Röth, alias Röthbuster, fue bautizada, a instancias de papá, con el nombre de Ruth[1], nombre de origen bíblico llevado por un personaje que aparece en el libro que recibe su nombre (Libro de Rut) cuyo significado es: “compañera”(esto sí que no lo sabía). El libro de Rut, es el octavo de la Biblia y uno de los más cortos. Rut era de origen moabita, pero casada con un israelita que se expatría huyendo de la miseria. Se la cuenta en la genealogía de Jesús, según el Evangelio de San Lucas. Era la bisabuela del Rey David (el de las mañanitas). El libro termina precisamente con una genealogía que acaba en él.

Ruth, alias Ruthsie, alias Ruthno, alias Röth, alias Röthbuster, es Técnica en Rehabilitación Física por la Universidad Autónoma de Nuevo León, Licenciada en Educación por la Universidad Regiomontana y se desempeña como maestra en el Colegio San Patricio.

Ruthsie, su nombre artístico, creció prácticamente sin conocer a papá. Desgraciadamente, como todos, creció con la necesidad de él, pero a lo mejor lo que la salvó de tener menos traumas es que no convivió con él, o mejor dicho, no recuerda su convivencia con él debido a que era muy chica. Papá murió en 1973, creo que Ruth nació en el 70.

Yo creo que el hecho de enfrentarse a un mundo en el que todos tenían papá y ella no, y no tener recuerdos de él hizo que ella se convirtiera en una persona muy realista. Esto es algo que me gusta de ella, casi siempre tiene un punto de vista objetivo de la realidad o de las circunstancias o de los hechos que se viven o se comentan. Esto hace que generalmente le llamé fríamente a las cosas por su nombre. 

El primer recuerdo que tengo de Rüth está asociado con la primera vez que ví a mamá llorar, fue en la casa de Cataluña, cuando Ruth, por razones que aún desconozco, se convulsionó. Recuerdo que mamá estaba sentada con mi hermana en brazos en la orilla de la cama del cuarto de las niñas que daba hacia la puerta del pasillo; mamá le hablaba, la movía, le gritaba, la estrujaba para que volviera en sí.


Incluso tuvo que llegar a los golpes, propinándole una dote de cacheteadas guajoloteras, acción en la cual tuve que ayudarle yo pues no había reacción alguna, luego ayudó Cokis usando la técnica de Karate Kid II y, finalmente, Alfredo, quien además de sus manos haciendo acopio de su inquietud futbolista, propinó una serie de patadas, chilenas y cabezazos (hasta de taquito, caón...) buscando que Rüth se alivianara. Bueno, en realidad no es cierto lo de las cachetadas ni por mamá, ni por mí o alguno de mis hermanos, es que no pude evitar escribir la imagen de película que pensé al recordar la escena. Sin embargo, aún recuerdo el gesto de desesperación y angustia de mamá, imborrable ahora en mi mente. No recuerdo si Ruthsie reaccionó o si le dieron alguna medicina o se la llevaron para procurarle atención médica. Al final todo salió bien, pero mi hermanita quedó así desde entonces.

Ruthno, su nombre no artístico, siempre fue de chiquilla, de perro una patilla (quedo en verso sin esfuerzo). Generalmente vivía en casa de sus amigas de la colonia y casi nunca estaba en la casa durante el día. La recuerdo sobre todo a la hora de comer y a la hora de cenar, por los platillos especiales que solicitaba como sagrados alimentos y que, más de una vez, fueron objeto e inicio de pequeños incidentes familiares.

Otra cosa que me acuerdo, es que no recuerdo haberla visto hacer la tarea nunca, supongo que sí la hacía o lo hacía en casa de sus amigas o algo así, puesto que cursó todos los grados de primaria y secundaria (quizá bajo la sombra de sus hermanas, pues creo que nunca fue de sus preferencias ir a la escuela). Bueno, en realidad, creo que solo me acuerdo de Röck y de Rön haciendo sus respectivas tareas.

Ruth formó parte de la última generación de la raza de la colonia, que eran los hermanos menores de nuestra generación. Hasta hace relativamente poco supe que la explosión de una caldera para calentar asfalto que estaba en Marsella que utilizaban para impermeabilizar la casa del playboy italiano, corredor de autos, fue debido a esta pequeña pandilla de pícaros: Ruth, Silvia, Javier (sí, la Farrita) y demás secuaces le estuvieran tirando piedritas (o piedrotas, vaya usted a saber) y demás objetos extraños a la caldera un fin de semana, ésta hizo explosión una vez que fue encendida el lunes siguiente, para proseguir con los trabajos, al sobrecalentar las rocas en cuestión.

Una gran columna de humo se irguió sobre el sur de la ciudad, tras un sonoro y grave estruendo que atrajo, además de casi todos los vecinos de la colonia, una o dos unidades de bomberos, quienes apagaron el siniestro que, salvo aquellos niños inquietos, nunca nadie supo cómo se inició. A Dios gracias, no hubo desgracias personales que lamentar, pero ese tramo de la calle, desde el límite de la casa del playboy hasta la casa de nosotros, quedó pintada o repintada de color asfalto durante mucho tiempo, hasta que la volvieron a recarpetear.

Tal vez porque en su infancia vivía casi siempre fuera de casa, Ruth fue siempre la compañera de viaje de Cokis. Generalmente Röck organizaba todo el viaje, comentando lo indispensable con Röth, y ésta se acomodaba con sus ahorros respectivos al itinerario a recorrer por tal o cual continente[2]. Admiro mucho esto de mis carnalas, el que se fueran solas de viaje cada año, no sé cuántas veces a la caza de (¿hombres?) aventuras en países lejanos y exóticos. Sin olvidar todo aquel raudal de recuerdos, camisetas, detalles (hasta cheve me llegaron a traer) y el infaltable imán para el refri de Marsella, que nos obsequiaban al regreso de su travesía por aquellas tierras lejanas.

Me gusta mucho de Ruth su actitud de que todo se le resbala, no se preocupa mucho de las cosas, sino que busca la solución cuando éstas se tornan en problemas.

Al igual que Röck, Ruthsie se fue también a los Estados Unidos a trabajar/estudiar. Creo que primero se fue con Cokis a San Antonio y, posteriormente, se fue con unas amigas a Georgia o por esos rumbos y se desempeñó en el ramo de su profesión. Me siento orgulloso de que ambas hayan decidido tomar esa experiencia ya que denota un toque de responsabilidad que, si no lo tienes, allá lo adquieres. Yo siempre quise estudiar o trabajar fuera, pero nunca se dieron las circunstancias para ello sino hasta ya casado, recién nacido Sebastián.

Creo que ni Cokis ni Ruth necesitaban salir a trabajar fuera, pero el hecho de hacerlo es algo que admiro.

Ruth, al igual que mis otras dos hermanas, siempre ha sido una buena amiga. Y cuando tuvo que tomar una decisión para cambiar su forma de vida para fundar una familia, realizó las acciones necesarias para hacerlo. Eso es digno de admirarse.

Yo, la verdad, tenía mis dudas cuando se decidió por el camino del matrimonio con su actual esposo pues tenían poco tiempo de conocerse; de igual manera, creo que nunca he interferido en la vida de mis hermanos (ni creo que lo haré, y no por no meterme en problemas o porque no me interese en sus vidas, sino porque no he considerado que haya sido necesario). Una tarde hablamos ella y yo al respecto, y me di cuenta de que mi hermanita menor era ya una mujer hecha y derecha.

Una noche días antes de su boda (no recuerdo si fue antes de hablar con ella o después) soñé que papá me decía que debía en su nombre entregar a Ruth el día de su boda. Fruto de ese sueño escribí esta canción que interpreté para ella en una despedida para los novios, organizada por Röck:

A mi pequeña Ruth

“A mi pequeña,
a quien tan poco tiempo tuve en mis brazos
y en su primer cumpleaños llegué con pastel, piñata y regalos.”

“A la pequeña Ruth,
como le decía en esos tiempos,
quien me acompañaba caminando a dejar a Conchis al colegio.”

“A mi pequeña,
la última gota de mi vida,
quien llegó cuando yo me iba, la más pequeña de mis hijas.”

“A mi pequeña,”
-me ha dicho papá en sueños-
“quiero la entregues en mi nombre
a quien ella ha elegido como hombre
para que la ame
y la haga feliz.”

ralero 
Diciembre de 2004


Hoy, que mi pequeña hermana cumple años me dí a la tarea de rescatar este escrito de hace algún tiempo. Me parece que, con este cumpleaños, Ruth inicia oficialmente una nueva etapa en su vida creciendo como mujer y como profesionista, pero sobre todo como madre del tremendo Alex y de Kimbo (no se si así se escribe), y rodeada, como siempre, de su familia.

Estoy orgulloso de mi hermanita Ruth (y de todos mis hermanos) y deseo que el día de hoy sea un gran cumpleaños, que este año que inicia este lleno de éxitos y alegrías, y que Dios la bendiga al igual que a su hijo, hoy y siempre.

¡Feliz cumpleaños, pequeña…!!!




[1] Ruth, otras fuentes afirman que el nombre de Ruth proviene de una vecina con tal nombre que, aparentemente, le gustaba a papá. Aún se ignora si lo que le gustaba a mi padre era el nombre o la vecina.
[2] Ruth dejó de formar parte de ese dúo de exploradoras mexicanas al tiempo de contraer matrimonio, cuyo marido conoció precisamente en un viaje de vacaciones a una playa nacional.