lunes, 29 de abril de 2019

LA SOMBRA DEL BLANCO

por ralero

El color negro estaba triste. Nadie lo usaba. Solo era requerido para los funerales, y el color negro sentía que era más que para eso, él era un color alegre como todos los demás pero, al parecer, los demás no pensaban igual. 

Un día que el color negro cayó en la desesperación, o quizá en la desesperanza, el color negro se empezó a adueñar de todas las superficies y todo comenzó a pintarse de negro. 

Los colores entraron en pánico, algunos, alarmados, intentaron detener al color negro pero eran absorbidos, sin piedad, por lo oscuro del color. Al parecer, nada se podía hacer. 

Entonces, en un último y desesperado intento, el color blanco, haciendo acopio de toda su blancura, se tiró a la profundidad del color negro, en un intento por persuadirlo y detenerlo en su afán de ennegrecer todo. 

El color blanco sujetó por las muñecas al color negro y empezó a retirarlo de las superficies, el color negro forcejeaba y no se dejaba mover, su lucha se convirtió en un torbellino bicolor hasta que, finalmente se fundieron uno y otro. 

La lucha terminó. El color negro  se apartó pero no quedó rastro del color blanco, en su lugar quedó un color que no era el negro ni el blanco... el resto de los colores estaban boquiabiertos, asombrados... y tristes... 

Entonces el nuevo color empezó a moverse y a ocupar otras superficies y el resto de los colores se dieron cuenta que éstas ya no quedaban tan oscuras ni serias, sino un poco más claras... 

“Hola” dijo el color “soy el color gris...”

Todos le saludaron esbozando una sonrisa y mostrando un poco de alegría le daban la bienvenida... pero en el fondo seguían tristes por la ausencia del color blanco... 

Entonces todos los colores se unieron por las manos formando un círculo en honor del color blanco y, como una especie de homenaje, empezaron a girar... 

¡Y sucedió algo increíble! Con ese movimiento, parte de los colores empezaron a unirse y fundirse entre ellos ¡y se hicieron color blanco...!

Entonces, estando ya todos los colores de nuevo, se dieron a la tarea de seguir coloreando las superficies, ahora con el color gris recién llegado quien, como una especie de agradecimiento al color blanco, “se le pegó como su sombra” y a partir de ahí, la sombra del color blanco es el color gris. 


inspirado en un post de @mlocadelamaceta y su inusitado apego al color...







martes, 9 de abril de 2019

EL SUEÑO

por ralero



Hoy tuve un sueño extraño. 

Era de día y salía con mi familia. Era una ocasión especial porque salimos a comprar una casa en un fraccionamiento privado. El fraccionamiento estaba muy padre: tenía alberca, área común, un saloncito para eventos. Fue a esta área a donde llegamos en la cual nos esperaba un promotor.

Estábamos muy entusiasmados porque, por fin, íbamos a tener una casa nueva...

Llegamos al fraccionamiento y nos dirigimos a la casa club, frente a la alberca, en el interior del edificio estaba una docena de mujeres, al parecer escuchaban una plática de alguien que no pude ver. Hacia el lado contrario estaba una sala donde nos aguardaba el vendedor.

-Buenos días- dijo saludando y poniéndose de pie- ¿listos para firmar el contrato?
-Buenos días, listos para la firma- le dije y tomamos asiento mi adorada esposa y yo frente a él.

Estaba yo sentado en el lado derecho del sofá, Gaby a mi izquierda y los niños se sentaron a la izquierda de ella en sillones individuales, primero Sebastián y, después, Fernanda. Al centro, una pequeña mesa sobre la cual estaban unos papeles. 

-Muy bien- dijo el asesor mirándonos a mi adorada esposa y a mí - ahora solo falta un requisito: Tienen que embarazarse, abortar y entregarnos el producto... 

Un sentimiento de sorpresa que se transformó en indignación se apoderó de mí y se manifestó en mi cara, luego Gaby y yo nos miramos uno al otro con una cara de incredulidad; me puse de pie, ahora enfurecido y molesto y le grité al vendedor:

- ¡Claro que no...! ¡Eso nunca! - y volviéndome a mi familia- ¡vámonos, salgamos de aquí! 

El resto de la familia se puso de pie y caminamos hacia la salida, a excepción de Fernanda que caminó en dirección a las mujeres que estaban oyendo la plática, pasó cerca de ellas y luego salió del edificio por otra de las puertas. 

- Fuiste a escuchar de qué les hablaban, ¿verdad? – le pregunté a mi hija…

Entonces me desperté. Eran las 4:30 am. Volví a dormirme con una rara sensación en mí. Con un extraño sentir en mi alma.




Enviado desde el iPhone de ralero
arquitecto, músico, poeta y loco