Después de año nuevo, después de reyes, A veinticinco días del año en ciernes, (aunque ella diga lo contrario) Cokis celebrará cincuenta inviernos Un aniversario más en su vida Una hoja más escrita en su libro Con su madre, hermanos y sobrinos Espero celebre con alegría. Distinguida por tesón y constancia, Admirando su fuerza y su coraje, Ejemplos a seguir desde la infancia; Por la “elegante primer tripulante”, Según escribió papá en la distancia, Agradezco a Dios en este viaje.
PARA COKIS, MI HERMANA MAYOR, EN
EL DÍA DE SU CUMPLEAÑOS NÚMERO 50.
“Casi medio siglo” diría un simplista, “equipo de futbol”, un aficionado; un catador: “mejora con los años”, “un año más viejo” el joven diría. De TV de bulbos en blanco y negro, teléfono de tonos y seis cifras a pantallas planas que no imaginas, celular sin teclas, cables o bocinas. Tres décadas en el siglo pasado Más los años en este que se mueve; gracias Dios por este cumpleaños, por esta vuelta, la cuarenta y nueve, por mamá, esposa, hijos y hermanos, por esta colita que aún se mueve…
y que con éste ya suman cuarenta, corro de la cocina hasta la puerta sin saber lo inevitable del daño. Callejón eterno, noche de invierno, puerta de Pipe, casa de Meléndez; aunque no quieres, sabes que lo entiendes aunque sigues vivo algo en ti ha muerto. De nuevo enero, otro día doce, otro cumpleaños junto a la familia, otra vez aquel sábado en la noche: El cuerpo de él postrado en la cocina, en su memoria grito al horizonte este canto a la muerte y a la vida.
Guadalupe, N.L. en vísperas
del 12 de enero de 2013