Como siempre y ya como cada año,
y que con éste ya suman cuarenta,corro de la cocina hasta la puerta
sin saber lo inevitable del daño.
Callejón eterno, noche de invierno,
puerta de Pipe, casa de Meléndez;
aunque no quieres, sabes que lo entiendes
aunque sigues vivo algo en ti ha muerto.
De nuevo enero, otro día doce,
otro cumpleaños junto a la familia,
otra vez aquel sábado en la noche:
El cuerpo de él postrado en la cocina,
en su memoria grito al horizonte
este canto a la muerte y a la vida.
Guadalupe, N.L. en vísperas
del 12 de enero de 2013
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