lunes, 28 de diciembre de 2015

EL PERGAMINO DE BELÉN

por ralero 

EN EL SIGLO PASADO, EN UNA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA EN UN MONTÍCULO CERCANO AL CENTRO DE BELÉN, SE ENCONTRÓ UN PERGAMINO ANTIGUO ENVUELTO EN PIEL CURTIDA DE CORDERO. ESCRITO EN ARAMEO ANTIGUO EL PERGAMINO CONTENÍA LA SIGUIENTE HISTORIA:

Yo soy Rajel, hija de Abir, hijo de Eliel, hermano de Ozer, originarios todos de Bet leehem, de Judá, la ciudad de la casa del pan. Nuestro padres nos han trasmitido esta historia para que nunca olvidemos lo acontecido en aquellos días, historia que he puesto en este pergamino para que sea trasmitida de esta manera en virtud de que Yavé, nuestro Dios, ha tenido a bien en no permitirme tener descendencia, por lo que me he dedicado a cuidar y educar la descendencia de mis hermanos.

En la época del reinado Herodes el Grande, hacia el año 749 de la fundación de Roma, mi abuelo Eliel, hijo de Ilan era pastor junto con su padre y su hermano, de nombre Ozer.

En aquellos días llegó Ozer al área de las fogatas y no encontró a nadie. Los fuegos aparecían aún humeantes lo cual significaba que los habían apagado a la carrera y que lo habían hecho hacía poco tiempo.

Dejó la oveja que traía a hombros sobre el pasto y empezó a husmear entre las cosas. Era evidente que iban a volver, porque las cosas no habían sido empacadas y había algunas mantas acomodadas listas para dormir.

Entonces, notó un fuerte resplandor tras una pequeña loma ubicada hacia el norte de donde estaba y arriba, en el cielo, estaba la estrella mas grande y luminosa que había visto en su corta, muy corta, vida.

Tomó de nuevo la oveja en sus hombros y dirigió sus pasos hacia donde había visto el resplandor.

Subió el montículo con poca dificultad, desde los tres años acompañaba a sus padre a llevar a pastar a las ovejas, por lo que estaba acostumbrado a caminar tanto en plano como en cuestas empinadas; ahora, a los siete años, ya andaba solo con parte del rebaño e incluso se aventuraba a buscar a las ovejas perdidas o que se separaban del rebaño, como había sucedido esta noche: salió en busca de un pequeño macho y había conseguido traerlo de vuelta al redil.

Llegó a la cima de la pequeña loma y pudo ver a las faldas de ésta un pequeño establo un poco alejado del caserío de la afueras de la ciudad.

Frente al establo, estaban todos los pastores, algunos de pie, otros hincados, con algunos de los animales, mirando a la pequeña familia que ocupaba en esos momentos el lugar. “Deben ser peregrinos que vienen al censo,” pensó Ozer “ha llegado una buena cantidad de ellos a la ciudad de David” y eso se reflejaba en que hubo que aumentar la producción de leche de cabra para vender en la ciudad y que se habían vendido también, algunas ovejas más que de costumbre.

Ozer se acercó y pudo ver que se trataba de una pareja, quien acababa de dar a luz un bebé, un niño, el cual estaba envuelto en pañales y recostado en un pesebre, su madre estaba sentada junto al pesebre apoyándose con su brazo derecho en él y con el otro acariciando la cabecita del niño. El padre estaba hincado atrás de ambos y los dos estaban contentos y sonrientes. De hecho todo mundo esta contento y había gran algarabía. Ozer encontró a Eliel, su hermano, y le preguntó el por qué tanta emoción con el niño y por qué habían dejado el campamento sin más ni más.

“Es el Mesías” le contestó su hermano con una evidente alegría en su rostro, “llegó un ángel al campamento y nos dio la noticia e, inmediatamente, apareció una legión de ángeles alabando a Yavé”. A Ozer le resultaba muy difícil creer las palabras de su Eliel, pero al ver su rostro y la actitud de los demás no le quedaba otra opción que confiar en ellas.

Escuchando la conversación de los mayores se pudo enterar que la pareja era una recién desposada, originaria de Nazareth; el padre, de nombre José, era descendiente de la estirpe de David por lo que, efectivamente, vinieron a Bet leehem a empadronarse debido al censo que por esos días se llevaba a cabo. El niño había nacido en la madrugada justo después de haberse instalado en el establo, debido a que no habían encontrado lugar para ellos en las posadas del pueblo.

Esa noche durmió muy poco. Aparte de que se retiraron muy tarde del establo, no podía conciliar el sueño pensando en lo que se perdió por buscar la oveja perdida pero, sobre todo, recordando las enseñanzas de su abuelo, quien le contaba que los profetas habían vaticinado que el Mesías nacería en Bet leehem, pues sería un hijo de David el escogido por Yavé para salvar a su pueblo:

”Mas tú, Bet leehem Efratá, aunque eres la menor entre las familias de Judá, de ti me ha de salir aquel que ha de dominar en Israel, y cuyos orígenes son de antigüedad, desde los días de antaño.” (Miqueas 5:1)


Si era un descendiente del Rey David, ¿no era demasiado humilde su nacimiento? Si era el Mesías, ¿no debían presentarse los sacerdotes? Sumido en estos pensamientos se quedó, por fin, dormido.

Ozer sentía gran admiración por David quien de niño también había sido pastor. Admiraba, sobre todo, cómo había podido vencer al mejor guerrero de los filisteos y, posteriormente, cómo había llegado a ser rey de su pueblo, por la gracia de Yavé. Imitando a aquel Rey de antaño Ozer se había vuelto, a fuerza de mucha práctica, muy hábil en el uso de la honda.

Al día siguiente se levantó igual de temprano que todos los días, pero lo primero que hizo fue ordeñar algunas corderas y recoger algo de fruta.

“Buenos días, Padre” saludo Ozer a Ilan cuando éste salía de su tienda “Buen día, hijo mío, ¿a dónde llevas esa leche y esas frutas?” le preguntó su padre sabiendo en su corazón la respuesta, “se la llevo a los peregrinos, para que puedan desayunar algo, pero venía a solicitar tu permiso para hacerlo”, el padre ya en cuclillas frente a él le acarició su cabello y le dijo: “ve pues, hijo, esa es una buena idea y una mejor acción, recuerda siempre que aunque tengas poco hay que compartir con el que tiene menos”. Más rápido que pronto, Ozer agradeció el permiso otorgado y se dirigió corriendo al establo tras la loma.

A partir de esa mañana todas las siguientes Ozer visitó a los peregrinos llevándoles leche fresca y algunos frutos por las mañanas, fue así como Ozer conoció a José padre del niño, quien vivía en Nazareth pero era originario de Bet leehem, y que se dedicaba a la carpintería; conoció también a Mariám, esposa de José, originaria de Nazareth y, por supuesto a Jesús, el recién nacido.

A los pocos días Ozer empezó a visitarlos también al atardecer, tras recoger y guardar los rebaños e invariablemente le ayudaba a José con alguna tarea o entretenía al niño mientras su madre, limpiaba el establo o lavaba algunas ropas.

Casi había olvidado lo que le contó Eliel acerca de los ángeles, cuando una tarde, ya para los dos años del nacimiento del niño, llegó una caravana que, por las vestiduras, cabalgaduras y apariencias, procedían de oriente.

Ozer, tras guardar los rebaños, se acercó a los visitantes uniéndose al resto de pastores que se habían reunido en torno a ellos.

“¿En dónde esté el Rey de Israel?” preguntó el viajero que, al parecer, era el líder de la expedición, “hemos seguido su estrella durante varios meses y nos ha traído hasta aquí”.

“Bienvenidos sean, viajeros, que la paz de Yavé esté con ustedes” habló Ilan tomando la palabra de entre todos los pastores, “el rey a quien buscan está cruzando el montículo al norte de aquí”.

Sin siquiera bajarse de sus monturas, los viajeros de oriente partieron por el rumbo indicado, seguidos de algunos pastores, Ozer entre ellos.

Cuando llegaron al pie del establo, los viajeros descendieron de sus cabalgaduras, se acercaron hasta el niño y su madre y, adorándole le ofrecieron tres presentes: oro, incienso y mirra.

Los viajeros habían viajado durante más de año y medio para llegar hasta allí, por lo que estuvieron algunas semanas en el lugar, tiempo durante el cual Ozer hizo gran amistad con ellos, alternando las visitas entre ellos y los peregrinos de Nazareth. Así supo que los viajeros eran unos magos, sacerdotes del zoroastrismo, que provenían del oriente, y que se dedicaban al estudio de las estrellas. Fue así que descubrieron la gran estrella y su relación con las antiguas profecías israelitas.

La noche anterior a su partida Ozer fue a visitarles a sus tiendas, para despedirse de ellos y regalarles algo de comida para le camino. Pero apenas Ozer iba a entrar a la tienda en donde se reposaban, cuando desde afuera alcanzó a ver una silueta con alas y a escuchar su voz que decía a los viajeros que regresaran a su casa por otro camino para que no llegaran a informarle a Herodes que habían encontrado al niño. Cuando entró Ozer a la tienda, el ángel había desaparecido.

Esa noche habló Ozer largamente con los magos de oriente, quienes le hablaron de las profecías escritas acerca del niño. La simpatía y afinidad que sentía Ozer por el niño y sus padres creció enormemente y fueron mas asiduas y largas sus visitas al establo.

Ozer se había encariñado enormemente con la familia, jugaba mucho con el niño y ayudaba un poco a los padres. Incluso algunas veces Ozer y Jesús salían juntos a llevar a las ovejas a pastar. Se hicieron grandes amigos.

Una mañana en la que Ozer llegaba al establo antes de sacar a los animales vio a José y Mariám empacando sus pertenencias apresuradamente, por lo que preguntó a Jesús qué ocurría. “Nos vamos a Egipto” le dijo el niño “mi padre a dispuesto que partamos inmediatamente hacia allá”. Al escuchar la conversación Mariám se acercó a los niños y mirando a Ozer le dijo: “Ozer, tenemos que partir tememos por la seguridad de Jesús, ya vez que los magos de oriente tomaron otro camino para volver sin pasar por Yerushalayim, creemos que el Rey Herodes pudiera hacer daño a nuestro hijo”. “Así es Ozer”, continuó diciendo José “tenemos que partir”. “Es una lástima” dijo Ozer “los voy a extrañar mucho”. Entonces le dijo José: “si quieres, puedes venir con nosotros”, “sí Ozer” dijo Jesús “viaja con nosotros”.

A Ozer se le iluminó el rostro, claro que le encantó la idea, pero primero que nada, debía pensar en la seguridad de Jesús. Tal vez sería mejor que se quedara para estar seguro que la guardia del rey no encontrara a sus amigos y que no los siguieran en su huida.

Ozer agradeció a José y a Jesús su invitación pero les dijo que tal vez sería más útil si se quedaba y se aseguraba que los guardias del rey no los encontraran ni siguieran. Entonces, en un gran silencio, siguieron empacando las cosas.

Terminaron de hacer los preparativos y dejaron el establo, la familia de Ozer los acompañó hacia la salida sur del pueblo. Entonces, se empezaron a despedir, sin poder ocultar un dejo de tristeza.

Ozer se despidió de Mariám y de José. Tomó a Jesús en sus brazos y lo abrazó fuertemente. “Que Yavé les ilumine en su camino” les dijo Ozer. “Que Yavé, nuestro padre” dijo Jesús “se quede con ustedes y los acompañe siempre.”

Entonces, los peregrinos iniciaron su caminar hacia Egipto.

Ozer regresó al campamento con su padre y hermanos. Llamó a estos últimos y a sus amigos y los organizó para vigilar el acceso norte del pueblo. Si llegaban la guardia real, les harían creer que cada uno de ellos era Jesús, y tratarían de confundirlos y hacerles perder tiempo conduciéndolos entre las calles de Bet leehem y por entre los campos del alrededor.

A los pocos días llegó una partida de soldados del rey, al ver a aquellos niños a la entrada del pueblo les dieron muerte sin misericordia, solamente Eliel pudo escapar y pudo avisar a Ozer y los demás. Ozer les indicó que se esparcieran por el pueblo avisando a todos que escondieran a los niños o que los sacaran del pueblo, él se quedó en lo alto de un pequeño montículo con su honda. Cuando divisó a los soldados y los tuvo al alcance les disparó piedras con su arma, emulando a su héroe David luchando por su pueblo. Derribó a media docena de sus monturas y a dos o tres hirió de muerte.

A la vuelta de algunos años Eliel llegó a Egipto y pudo encontrar a José y a su familia. Con lágrimas en los ojos, pero con un gran orgullo, les contó como se dieron los acontecimientos tras la salida de ellos de Bet leehem y cómo, con la actitud de un gran guerrero a pesar de su corta edad, Ozer había luchado contra los soldados enviados por el rey defendiendo a los niños.

“Ozer fue muy valiente, es un héroe” dijo Mariám a Jesús “nadie tiene mayor amor que aquel que da la vida por sus amigos”, el niño asintió sin poder contener  algunas lágrimas.

Hasta aquí la historia de Ozer hijo de Ilan, pastor de las montañas de Bet leehem de Judá. Yo Rajel, hija de Abir, hijo de Eliel, hermano de Ozer dejo este testimonio por escrito porque salgo hoy hacia Yerushalayim para unirme a los discípulos de Jesús a quien crucificaron, pero que Yavé resucitó de entre los muertos, para anunciar con ellos la Buena Nueva.



En memoria de aquellos primeros mártires por la causa de Jesús.
091402






martes, 10 de noviembre de 2015

CONVERSACIONES REALES QUE NUNCA SUCEDIERON-151103

por ralero


Conducía mi auto por avenida Constitucion hacia el oriente y aunque ya había salido el sol por mi casa, tuve la oportunidad de admirar su salida tras el cerro de la silla al dar vuelta en Revolución.

Inspirado por tan bello paisaje, inicie mi oración...

"Gracias, Señor, por este amanecer que nos regalas... Porque sonó el despertador a tiempo, porque ahora si salió agua caliente, por el desayuno..." 

"Gracias porque encendió el carro a la primera, por dejar a tiempo y con bien a los niños en la escuela..."

"Gracias por el trabajo al cual me dirijo, porque no hay tanto tránsito en el camino... Gracias, Señor, porque me muestras tu amor en tantos detalles..." 

"Hijo" alcancé a escuchar "no tienes nada que agradecer... Tú sabes que te amo... Pero, la verdad, es que tu mamá no me dejo dormir anoche con sus oraciones... Y quién puede negarse a las súplicas de una madre...?"






lunes, 2 de noviembre de 2015

A MIS MUERTOS DEBO YO LA VIDA

por ralero



A mis muertos debo yo la vida,
a papá quien me engendró con mamá
con pocos años de su presencia y alegría
con su herencia física y la intelectual.

A mis difuntos debo la vida yo
a Abuelita Mary y abuelito Antonio
que le dieron vida a María del Socorro
al unirse los dos en santo matrimonio.

Mi existencia la debo a mis fallecidos,
a don Filiberto y doña Esther,
mis abuelos, de bautismo padrinos
porque ellos engendraron a Rafael.

A los finados míos debo mi presencia
a todos mis tíos que han partido ya,
que con su ejemplo y con su experiencia
me indicaron como sí o no actuar.

A mis muertos debo yo la vida
la cual dispuesto estoy a celebrar
a mis muertos debo yo la vida,
pero a mi Madre, yo le debo más... 



Guadalupe, N.L. en el último minuto del Día de los Fieles Difuntos de 2015



CALAVERA COCO 2015

por ralero



La Calaca tilica y flaca
Andaba buscando a Coco
De sombrero y vestido rojo
Fue a Marsella a buscarla

Llegó desde la mañana
Y se puso a tocar la puerta
Y como si estuviera muerta
Nadie escucho su tocada

Salió el sol y se acaloró
Y se puso en la sombrita
"Oye coco..!!!", entonces grita
Pero nadie le respondió

La pelona sintió más calor
Pa'luego se quitó el vestido
Y su montón de huesitos
En la puerta los recargo

Ya de a tiro encabronada
"Ya verás" dijo "Coco, canija,
tomaré entonces a tu hija
Y me la llevo a la... ultratumba...!!!"

Y así esto llega a su fin
A Cokis se llevo la Catrina
Por no estar mamá en la cocina
Sino en Houston en Halloween...







CALAVERA NIÑOS TORRES 2015

por ralero



Santo día de los muertos
Dijo la pelona flaca
Después de algunos intentos
De llevarse a alguna raza

Como llevarse adultos
Se estaba poniendo canijo
Decidió que los fieles difuntos 
Ahora serían los niños

Escogió para que fueran tales
Los de una linda familia
Los nietos Torres González
Terminarían por fin sus días

Y se fue a san Nicolás primero
A recoger el mayor de los nietos
Pero no estaba Joel tercero
Estaba con sus abuelos

Así que se fue a la Alta Vista
A por él también Alejandro
Y aprovechó la visita
Para llevarse a Nati y José Pablo

De allí déjenme les digo
pa'la Estanzuela directo 
Por Marcelo, por Rodrigo 
Por Eugenio y por Humberto 

A Guadalupe voló luego
Antes del día terminar
Y como si fuera un juego
Cargo a Fernanda y Sebastián

Y así con todos los nietos 
La Catrina se fue al mas allá
Y descansaron los abuelos
Y de los niños, sus papás...





Enviado desde mi iPhone

CALAVERA NIÑOS VALERO 2015

En una noche oscura 
De terrible tempestad
Allá en Zacazo... 
Ah, no... perdón...

A principios de noviembre
Como lo tenía ya en programa
Después de los difuntos fieles
Salió a pescar la Calaca...

Con el negocio en expansión
Doliera a quien le doliera 
Para ponerla en la administración
Iría por Sara Gabriela...

Y Para sazonar muy bien
Los huesos de cada muertito
Iría por Brenda Elizabeth
Como chef en jefe, que rico...!!!

Para más pronto tener casa llena,
Y a mas gente le llegue la hora 
Iría por Sofía Eugenia
La "casi casi" doctora

Y Por sí en los que se está llevando 
Algún oriental se colara 
Para el japonés y coreano
Se llevará a Clariza Fernanda

Y para que no huyan con acrobacias
La pelona se llevará otra de la familia
Y Con dos o tres tablas gimnastas
Los pondrá en su lugar Elena Cecilia...

Para capturar mucho mas muertitos
Y acabar la tarea todavía de mañana
Se llevará para poner algunos truquitos 
A la ocurrente de Monica Maria... na

Y por si algún pregunta en el cementerio
"Calaca de postre que vas a dar?"
Para chef repostero
Se lleva Rafael Sebastián

Y si en los difuntos sale un orate
Para no preguntarse "que hago"
Para aplicarle catas de karate
Se llevará al tremendo Santiago...

Finalmente para un buen vigilante
Y evitar sorpresa como la del Chapo
Y no huyan por atrás o delante
Se llevará al fortachón de Alejandro...

Fue a recoger a cada uno de ellos 
así planeado e ilusionada ella
Pero no lo hallo en sus domicilios
Estaban con tía Cokis en Marsella

Cargó también con la tía
Pa'que los cuidara mientras tanto
Y la pelona llena de alegría
Se llevo a todos al camposanto...








 

lunes, 28 de septiembre de 2015

LAS HOJAS DEL ÁRBOL


por ralero 


Ya había llegado de nuevo el otoño y el pequeño Basti volvía a molestarse como cada año. Y no tenía nada personal contra el otoño, pero eso de que se cayeran las hojas...! No sabía si echarle la culpa de su enojo temporal anual a los árboles, a la ley de la gravedad (que en lo personal él no le veía nada de grave, a excepción de cuando se subía a las azoteas) o a su padre quien, aunque le pagaba por dicho trabajo, le ordenaba a su debido tiempo barrer y recoger las hojas que caían del fresno que estaba en el patio de su casa.  “Hecho el tiro” había dicho su padre aquella tarde en la que acordaron la contraprestación de estos servicios recolectores.

Llevaba apenas tres años de cumplir con esa tarea y uno y medio en el que sus derechos laborales se habían acrecentado con el logro alcanzado de una paga módica (casi arrancado a la fuerza tras la unión a su causa de la mejor líder sindical que había en casa y sus alrededores: su mamá), pero considerable para su edad, que por ser ganada por su propio esfuerzo era ahorrada casi en su totalidad y el resto gastado a conciencia en cosas que para él eran importantes o urgentes.

Pero la verdad era que necesitaba barrer mucho ese otoño, ya que a finales del verano en el último partido de las retas con los niños de la calle norte habían perdido el balón, su balón, cuando en una jugada casi al final del partido en un arranque de individualidad, en lugar de mandar un pase atrasado hacia Alex, su primo, que estaba en mejor posición para realizar el disparo, prefirió tirar con mas fuerza que colocación y voló la pelota hasta el patio de “las regañonas” (vecinas, señoritas de edad, cuya casa estaba frente al parque donde se jugaban las retas). “Por un pelo de rana calva” decía Sebastián cuando describía la jugada a la vez que excusaba su error, “pero como quiera ganamos el partido, ¿verdad Santi?” terminaba dirigiéndose a Santiago, su otro también inseparable primo, y portero del equipo, quien en una jugada  y gracias a sus felinos (aunque rayado de corazón, como su padre) reflejos había desviado el disparo del oponente, salvando de que les anotaran un gol y, por consecuencia, salvando el partido.

Pero en fin, los buenos recuerdos (al igual que los malos, gracias a Dios) sólo son eso: recuerdos. Ahora tenía ante sí la tarea de recoger las hojas, mientras que la raza se estaba organizando para un partido. A regañadientes y cabizbajo, se dirigía recoger las herramientas propias de la labor a emprender, cuando en esos momentos llegaba su papá del trabajo. “¿Qué pasa Sebastián, por qué tan triste?” le preguntó su padre al bajarse del auto, “Nada”, contestó el Basti, “¿por qué se caen las hojas de los árboles?” siguió diciendo. “Eso” le contestó su papá casi al instante “es algo que tendrás qué descubrir” y se dirigió al interior de la casa.

Sebastián recogió las hojas del patio esa tarde, pero no pudo dejar de pensar en la respuesta que le dio su padre a una pregunta tan simple; así era siempre, su papá nunca solía despejar las dudas que preguntaba sino que lo orientaba a encontrar las respuestas por sí mismo.

Al día siguiente, en la primaria, hizo a su maestra la pregunta formulada con anterioridad a su padre: “Miss Kity, ¿por qué se caen las hojas de los árboles?”, la maestra le miró a los ojos y, en tono maternal, le contestó: “Si, hijo, acuérdate de la clase de Science, tanto las plantas como los animales durante su vida pasan por un proceso que tiene varias etapas: nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte; las hojas se caen de los árboles porque se mueren”.

“La muerte tilica y flaca” pensó Sebastián “como dice el abuelo al jugar lotería” y en voz alta continuó “pero eso no puede ser tan simple, no tendría sentido que una semilla crezca tan grande para después andar derramando hojas muertas a diestra y siniestra...” y continuó caminando hasta llegar a su salón.

Terminó el otoño y a medio invierno la temporada de barrer de ese año. Inició el siguiente año y corrieron varios más. Otoño tras otoño volvía Sebastián a su pregunta y su padre a su respuesta. Hasta que con el inevitable correr del tiempo (el implacable, el que pasó...) vino también el desarrollo de aquel niño que, ya en secundaria, empezaba con los achaques típicos de la adolescencia. A partir de aquel otoño hubo más hojas y menos escobas.

Sebastián cayó en aquella actitud de rebeldía tan característica de esa edad, y poco a poco, se fue distanciando de su padre. Las salidas al parque, al museo, a la oficina o a jugar fútbol con sus primos y los tíos fueron cada vez más esporádicas. Aunque nunca decayó en sus deberes escolares, cambio su relación familiar por la de sus amigos, como suele suceder.

Por azares del destino, por la mano de Dios o por razones hereditarias el padre de Sebastián falleció por un paro cardiaco. Aunque después nada fue igual, la familia se unió tras este triste acontecimiento, pero el corazón de Sebastián se inundó de una gran tristeza.

A raíz de la muerte del papá la madre entró a trabajar al negocio del primero y Sebastián y su hermana empezaron a hacerlo también en empleos de medio tiempo en el mismo negocio y posteriormente en otros en el que aprendieran algo del oficio que querían estudiar, pero siempre cuidando que eso no afectara su desempeño escolar, el cual siempre había sido destacable. Los ahora muchachos, gracias a sus buenas calificaciones lograron que se les otorgara una beca para estudiar la preparatoria y, al terminar ésta, continuaron estudiando becados la carrera profesional.

Sebastián tuvo la oportunidad de estudiar la carrera en el extranjero, dejando a su madre y a su hermana en su ciudad natal, ésta última estudió lo que siempre de niña decía que quería ejercer: Veterinaria.

Con el tiempo, ambos terminaron sus estudios graduándose con buenas notas y consiguiendo muy buenos trabajos. Sebastián volvió a la ciudad, se estableció en ella y continuó con el negocio de su padre.

Los dos se desarrollaron en sus carreras, se relacionaron con otros jóvenes  y con el tiempo tuvieron sus parejas, sus noviazgos; posteriormente se casaron (cada quien con su cada cual) y le dieron a su madre sendos nietos.

Tal vez porque cuando eran niños y sus padres los llevaban los fines de semana a visitar a los abuelos, ellos visitaban a su madre cada semana con toda la familia, aparte de las visitas personales entre semana por alguna razón específica.

Ese domingo de otoño, aparentemente no tenía nada de especial. Sebastián, como hacía mucho tiempo no hacía, tomó del cuarto de triques el rastrillo, la pala y una escoba, al ver que bajo del gran encino había un montonal de hojas secas. Sin pensar en ello, empezó a recogerlas.

A medida que lo hacía su mente voló al pasado, recordando las tardes de la infancia en que a regañadientes hacía esta tarea y en la pregunta que nunca le contestó su papá. Al recordarlo, pensó en todos esos momentos de la infancia en que su padre lo animó, lo corrigió, o le enseñó... para todo sacaba una lección, una enseñanza o hacia alusión a cuando su padre era niño.

Cómo lo había extrañado después de su muerte. Cómo le dolía que hubiera partido en aquella época de su vida en que por la misma naturaleza el niño, queriendo ya ser hombre, se rebela y busca tomar sus propias decisiones, busca vivir su propia vida.

Sin embargo, la muerte de su padre trajo a su vida un nuevo orden, una nueva visión de la misma. Tal vez, lo único bueno de la partida de su padre fue que él tuvo que tomar las riendas de su vida, aplicarse en sus estudios, enseñarse a trabajar, cuidar su gasto, su persona. Y eso, al final, era algo bueno. Tal vez, si su papá no hubiera fallecido, la rebeldía que sentía (y que hoy comprendía se debía a que de niño no siempre contaba con su presencia por motivos de su trabajo ) lo hubiera empujado a distanciarse más de él y de la familia; pero de lo que sí estaba consciente es que no hubiera conocido a su hoy esposa ni tendría a sus hijos, si los acontecimientos no se hubieran dado tal como se dieron.

En esos pensamientos estaba cuando llegó hasta él su hijo, con un balón de fútbol en sus manos:
-“¿Qué haces papá?”- le preguntó al punto que se ponía el balón en el suelo y se sentaba sobre él.
-“Recojo las hojas que han caído del árbol, hijo.” Tras un brevísimo silencio continuó: “sabes, cuando yo tenía tu edad, tu abuelo me pagaba por recoger las hojas de los árboles”.
-“¡Orale!” exclamó el niño “y cuánto me pagas si las recojo yo?” se apresuró a decir.
-“Este salió a su abuela” pensó Sebastián y le contestó: “pues, ¿cuánto me cobras por hacerlo?”
-“Mmmm”- pensaba el niño su respuesta- “¡cinco pesos!” contestó triunfante.
-“Te daré diez e incluye embolsarla y una limonada al final” le dijo su padre.
-“De acuerdo”, asintió el niño.
-“¿Es un trato?”- dijo el padre mientras le daba la herramienta de trabajo.
-”Hecho el tiro” dijeron ambos al mismo tiempo al darse la mano y cerrar el trato. --“Voy a preparar la limonada” continuó diciendo el papá, mientras caminaba hacia la puerta de la cocina.
-“Papá”- le llamó el niño, quien ya empezaba su tarea.
-“Dime, hijo” contestó Sebastián al tiempo que se detenía y volteaba.
-“¿Por qué caen las hojas de los árboles?” pregunto con profunda inocencia el pequeño.
-“Las hojas caen”-contestó el padre sin pensarlo -“para que puedan salir hojas nuevas”.

Ambos sonrieron.

-“Para que puedan salir hojas nuevas”, repitió su hijo, Rafael, y continuó barriendo el patio.
-“Para que puedan salir hojas nuevas”, dijo Sebastián volviendo sobre sus pasos y, tomando otra escoba, comenzó a barrer sonriendo junto a su hijo.


FIN


miércoles, 16 de septiembre de 2015

EL GRITO DE DOLORES

por ralero


Cada 15 de septiembre el país se desborda en una fiesta nacional que tal vez aún no sea tiempo de celebrar, pero por la naturaleza festiva del mexicano, quizá no pueda evitar hacerlo. 

Erróneamente creemos que el 15 de septiembre se celebra la independencia del país. No es así. Este día lo que podríamos celebrar, en todo caso, es un aniversario más del grito de Dolores que en realidad se llevó a cabo la madrugada del 16 y en el que Don Miguel Hidalgo y Costilla convocó al pueblo para levantarse en armas, en razón de que el gobierno de la Nueva España había abdicado en favor de los franceses, quienes bajo el mando de Napoleón III quitaron del trono a Fernando VII.

Aunque aún no se ponen de acuerdo los historiadores, el grito de Dolores hecho por Don Miguel Hidalgo y Costilla (curiosamente dado al día siguiente del día de Nuestra Señora de los Dolores, bajo cuya advocación se habían establecido la iglesia y el pueblo de Dolores en el ahora estado de Guanajuato, al cual había sido asignado tiempo antes el cura Hidalgo) fue un discurso basado en una serie de  frases:

“Viva nuestra santísima Virgen de Guadalupe”
“Viva Fernando VII”
“Viva la América”
“Muera el mal gobierno”

A partir de ahí se inició la guerra contra el ejército realista, para evitar que la Nueva España quedara en manos francesas. Probablemente algunas semanas o meses después “les cayó el viente” (o el “real”, que era la moneda en aquel entonces) y cambiaron el objetivo de la lucha para hacer un país independiente, lo cual se refleja en los “Sentimientos de la Nación” de José María Morelos y Pavón, expuestos en el Congreso de Anáhuac, primer congreso independentista en América latina, en Chilpancingo el 13 de septiembre de 1813.

Con esto, se puede considerar que el grito de Dolores fue el inicio de la lucha de los pobladores de la Nueva España para independizarse de España, aunque no haya sido pensado así en el momento de realizarse; pero no puede considerarse como el inicio de un país independiente, esto sucedería hasta el 27 de septiembre de 1821 cuando los ejércitos insurgente y realista unidos, tras el famoso abrazo de Acatempan, para conformar el ejército trigarante (o de las tres garantías: religión, independencia, unión), bajo el mando de Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero entran a la ciudad de México poniendo fin a la guerra. Aunque España no reconoció la independencia de México sino hasta 1836, tras varios intentos de recuperarla.

Con lo anterior, termino compartiendo los siguientes puntos de vista personales en cuanto a la celebración del grito de Dolores:

1. Al inicio, no se nos debe llamar “mexicanos”, sino “estadounimexiquenses” puesto que nuestro país se llama Estados Unidos Mexicanos; “mexicano” es el gentilicio de quienes nacieron en la ciudad de México, como los “queretanos” son de la ciduad de Queretaro, o los “veracruzanos” de Veracruz. 

2. No se debe decir: “¡Vivan los héroes que nos dieron patria!”. Si no se hubiera realizado la independencia, nuestra patria sería la Nueva España (o los Estados Unidos de América, ¡quién sabe…!), por lo que la patria no depende de esos héroes; en todo caso, se debería gritar: “¡Vivan los héroes que lucharon por nuestra independencia!”. 

3. Estoy de acuerdo en que se pidan “vivas” para los héroes que lucharon por la independencia del país. 

4. Tengo mis dudas en cuanto a la “Independencia Nacional”, ¿qué la independencia de un país no es siempre nacional? Los estados son “libres y soberanos” dentro de la federación, si un estado se independiza del país, pues llega a ser otro país y su independencia sería nacional, ¿o no? Creo que se debería gritar: “¡Viva la Independencia del país!” ó “¡Viva la Independencia de los Estados Unidos Mexicanos!”. 

5. No se debería gritar: “¡Viva México!, ¡Viva México!, ¡Viva México!” ya que en lo estricto nos estaríamos refiriendo al estado de México o a la ciudad de México; debería gritarse: “¡Vivan los Estados Unidos Mexicanos!, ¡Vivan los Estados Unidos Mexicanos!, ¡Vivan los Estados Unidos Mexicanos!” Ya que éste es el nombre (que por obra y gracia de no se clase de estadounimexiquenses se “dignaron” ponerle) que tiene nuestro país.

Expuesto lo anterior, continuaré trabajando en este miércoles patrio, que la patria ahora forjada por nuestros gobernantes, me permite hacerlo en días no laborables para dar a mis hijos alimento y educación; no sin antes proponer algunas correcciones a las frases que se dicen en el grito, si es que queremos celebrar ese acontecimiento:

“Estadounimexiquenses…”
“¡Viva nuestra santísima Virgen de Guadalupe!”
“¡Vivan los héroes que lucharon por nuestra independencia!”
“¡Viva Hidalgo!”
“¡Viva Morelos!”
“¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!”
“¡Viva Allende!”
“¡Vivan Aldama y Matamoros!”
“¡Viva la Independencia del país!”
“¡Muera el mal gobierno!” (y ¡zas!, que cae sin vida EPN…)
“¡Vivan los Estados Unidos Mexicanos!,
¡Vivan los Estados Unidos Mexicanos!,
¡Vivan los Estados Unidos Mexicanos!"







sábado, 12 de septiembre de 2015

Y SI EN REALIDAD, LA PATRIA...

"Y... ¿si en realidad 
la Patria es un sueño inspiracional
inventado por unos cuantos,
alimentado por "Héroes Nacionales"
y "Villanos traidores"
para quedarse con todo...?"



ralero
140915






jueves, 9 de julio de 2015

MI AMOR POR GABA

por ralero



Mi amor por Gaba
no empieza al anochecer
ni se acaba con el alba...

Mi amor por Gaba 
no depende que salga el sol
o que sea noche, tarde o mañana...

Mi amor por Gaba
nace del corazón
y vive dento del alma...

Mi amor por Gaba
sobrevive en días de bronca
y disfruta los tiempos de calma... 

Mi amor por Gaba
ha dado frutos de amor
y son Sebastián y Fernanda... 

Mi amor por Gaba
lleva con ella 16 vueltas al sol
y empieza hoy la "diecisietava"... 

¡Feliz Aniversario...
Gaba...!!!

lunes, 6 de julio de 2015

SONETO AL TERMINAR SECUNDARIA

por ralero


Y ahora estas aquí, hija querida,
Avanzando en la escuela, y en tu saber:
Tras secundaria del primero al tercer,
Sigues con tu caminar en la vida.

Atrás quedaron, de clases, los días,
Tantas horas de tarea al atardecer;
Imprimir trabajos al anochecer, 
levantarse apenas amanecía...

Y así haz superado otra etapa
Escribiendo día a día tu historia, 
Después de la secu sigue la prepa;

Y como fue después de la primaria, 
más trabajos, desvelos y tareas
Pues estás tú ya en la Preparatoria...


Guadalupe, N. L. a 6 de julio de 2015







lunes, 15 de junio de 2015

SONETO PARA EL CUMPLE DE GABY

por ralero

Una vuelta más alrededor del sol
Disfrutando tu amor y tu compañía
Cada minuto, cada hora y día 
Fernanda, Sebastián y nosotros dos.

Y cada junio es un año más de vida 
Que celebramos juntos tu cumpleaños
Y con mucho amor y pocos regalos,
Pero juntos y con mucha alegría.  

En este año no será la excepción
Que celebremos con este mensaje:
Agradeciendo por delante a Dios, 

Su bendición en este largo viaje, 
Feliz cumple te deseo con amor 
Gabriela Clariza Torres González.



Guadalupe, N.L. a los doce minutos del décimo sexto día del mes de junio del año del Señor de 2015. 






MAÑANA CUMPLES UN AÑO MÁS...

por ralero


Mañana cumples un año más
y el Tercer Planeta está agradecido
porque cada vuelta que das
(alrededor de nuestro sol bendito)
haces que el viaje sea más bonito...

Mañana cumples otro año, amor,
y el país se alegra contigo
porque en épocas de desazón
(que no son pocas, lo admito)
tres ciudadanos, de tantos, están bajo tu cobijo...

Mañana cumples de vida otro aniversario
y la metrópoli está muy contenta, cariño,
desde Sendero Divisorio hasta el Planetario
(pasando por Alfonso Reyes, Fidel Velázquez y Gonzalitos)
celebrando que cumples otro añito...

Mañana cumples un año más
y es probable lo anterior no sea cierto
pero no dudaré jamás
(sin lugar a dudas, te lo prometo)
que cuando cumples años es lo que siento...




Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey, 
a lo treinta y nueve mil cuatrocientos veinte segundos 
faltantes para el cumple de mi Adorada Esposa...






martes, 9 de junio de 2015

AZUL.DOC

por ralero



El equipo se encendió como cada mañana. Con el runrunear del disco duro los archivos se iban despertando y desperezando, levantándose de sus camas y formándose por orden alfabético en las carpetas correspondientes.

Toda vez que el interior se vio iluminado por el fondo de pantalla los archivos pasaron de la calma a la preocupación al escuchar que era abierto el drive del disco compacto. Esperaron un poco, con la esperanza de que se empezara a escuchar música, lo cual creían no era muy probable desde que los archivos de spotify se alojaban ya en la carpeta C: Archivos de programa.

Su temor fue justificado cuando escucharon que empezó a correr el disco compacto mientras se “bajaba” a la compu la versión 3.2 del software… era demasiado tarde…

Todos guardaron silencio y bajaron su mirada hacia el panel inferior del disco duro, estaban aterrorizados y a la expectativa de quien sería el primero en ser llamado pero, más que todo, si aquel que fuera elegido regresaría.  

Azul.doc, el archivo más antiguo de la carpeta, fue llamado y ante la mirada de los demás fue sustraído de la carpeta y desplegado en la pantalla.

Azul.doc había sido creado en una computadora de escritorio con sistema operativo XP el jueves ‎25 de abril‎ de ‎2007, ‏‎12:10:57 p. m. pero el nuevo software no puedo abrirlo debido a su antigüedad y por el uso de caracteres incompatibles con esta nueva versión del programa.

Partiendo de los dígitos superiores de Azul.doc se dejó ver un bite cristalino que escurría por entre la no tan larga fila de cero y unos, Azul.doc apenas si alcanzaba los 23.5 KB…

El puntero del mouse se movió hacia la esquina superior derecha de Azul.doc e hizo click en la “X”… El resto de los archivos miraba expectante…

El puntero no era del todo agradable para la mayoría de los archivos ya que se conducía con orgullo y vanagloria al tener la capacidad de abrir, cerrar o mover archivos a diestra y siniestra, pero todos sabían que al fin y al cabo era un programa menor, una rutina, que era manipulado al antojo del usuario.

Entonces, sucedió… El puntero se posicionó sobre el icono de Azul.doc y ejerció un click sobre él, al momento comenzó a moverse hacia la esquina superior izquierda de la pantalla… Todos voltearon la mirada hacia el icono ubicado ahí y, mientras se fundía el icono de Azul.doc con el de la Papelera, alcanzaron a ver un destello en la imagen de Azul.doc, eran los últimos bites que desprendía a manera de despedida hacia el resto de los archivos…

El runrunear del disco duro sacó a todos de sus pensamientos… Todos volvieron a formarse por orden alfabético en sus carpetas a excepción de Amor y Amistad.doc, quien se quedó mirando hacia aquella esquina… habían sido compañeros de carpeta desde aquel jueves, ‎6‎ de ‎noviembre‎ de ‎2014 a las ‏‎12:01:05 p. m. en que Amor y Amistad.doc fue creado y había sido recibido amigablemente por Azul.doc.

Ya lo extrañaba…


Sin embargo, tenía esperanza de que algún día lo alcanzaría…






martes, 26 de mayo de 2015

COMERCIALES ELECTOREROS

Debería haber un concurso de comerciales electoreros. 

A mi juicio el peor a la fecha es el del PAN con su sacrílega versión de la Serenata No. 13 de Joannes Chrysostumos Wolfgangus Theophilus Mozart (alias Wolfgang Amadeus Mozart) quien probablemente debe estar revolcándose en su tumba de Viena...

Deberian de sacarlo del aire (al comercial electorero) no por derechos de autor sino por la falta de respeto... 

El premio para el concurso inicialmente mencionado contemplaria los primeros 10 lugares y sería no hacer más comerciales en las próximas 10 campañas electoreras...  

Claro que quienes ganan con el  premio somos nosotros, que ya bastante hemos hecho con fumarnos todos los malísimos comerciales electoreros que hemos padecido... 







jueves, 26 de marzo de 2015

EL VIRUS DE LAS CALLES

por ralero



Gabriel González, regiomontano de cuarta generación y químico de profesión, conducía su Jetta azul metálico por los carriles de norte a sur de la Ave. Uno en el municipio conturbado de Guadalupe, en el norteño estado de Nuevo León cuando, de pronto, la llanta delantera izquierda cayó de golpe en un bache cercano a la doble línea amarilla que separaba los carriles de ida y vuelta. Con una rápida maniobra, pudo evitar que la llanta trasera de ese lado cayera también.  
 
El golpe sonó fuerte y le dolió hasta el alma, y de lo más profundo de ella brotaron una serie de palabras para formar una frase que, por razones obvias basadas en el manual de buena conducta y urbanidad, no pueden escribirse aquí. 
 
Con el poco aire que le quedó a la llanta pudo llegar a la acera poniente de la calle, alcanzando a estacionarse junto a la rampa de maniobras de una bodega. 
 
Bajó de su auto y caminó hacia la llanta dañada. 
 
Grande fue su enojo al percatarse que el golpe había llegado hasta el rin, dañándolo levemente. Empezando el duro camino de la resignación tomó el teléfono celular y se marco al teléfono de policía y tránsito del municipio para denunciar el accidente pues las llantas delanteras no tenían siquiera un año de que las había adquirido y pensaba hacer la reclamación correspondiente para que se las pagaran. Marcó en tres ocasiones, las mismas en las que la línea dio tono de ocupado. 
  
Se acordó entonces de su vecino, oficial de tránsito, y le telefoneó. El vecino estaba de descanso, pero le dio el teléfono del servicio de grúa gratuito, y quedó de localizarle a alguien para enviárselo, pero le dijo que, antes de hacer cualquier cosa, le tomara fotos al bache y a la llanta dañada. Sin darle falsas esperanzas le dijo que al menos tardarían una hora en llegar para levantar el acta, debido a que ya varios accidentes se habían presentado en el transcurso de la mañana. 
 
Gabriel, más decepcionado que hace cinco minutos, tomó las fotografías correspondientes, pero decidió no esperar. Sacó de la cajuela el gato y la llanta de refacción y procedió a realizar el cambio. 
 
Al terminar el reemplazo cargó la llanta dañada y la metió en la cajuela, no sin antes percatarse de la marca dejada por el golpe y un fragmento de carpeta de la calle que quedo atorada en el gajo de la llanta, lo cual le pareció algo raro, pero no le dedicó más atención.  
 
Llegó a una vulcanizadora situada justamente media cuadra adelante, habló con el encargado de la misma y le abrió la cajuela para que tomara la llanta dañada.

La lluvia empezó de nuevo a caer. 
 
Había llovido toda la noche y en las últimas tres semanas sólo se habían tenido, si acaso, dos días de sol en cada una. Entró a su carro para evitar mojarse bajo la lluvia y se comunicó a su trabajo para avisar que llegaría tarde. 

Empezó a repasar los pendientes del día hasta que el golpeteo de los dedos del encargado de la vulka en el cristal de su ventana lo sacó de sus pensamientos. Tras bajar el cristal lo único que pudo hacer fue decir otra serie de improperios propios de un propietario con daño en sus bienes: la llanta no servía más.   
 
El auto se quedo con la llanta de refacción puesta, Gabriel tomó la tronada y la puso en la cajuela, pues la debía guardar para hacer el reclamo. Mientras la terminaba de acomodar volvió a ver el pedazo de carpeta incrustado, pero esta vez un poco más pequeño y de un leve color verdoso. Retiró el fragmento y lo acerco a ojo derecho, cerrando el izquierdo para afinar la vista. 
 
Intrigado y con poco de admiración, tomo la piedra, cerró el maletero y se sentó en el asiento del copiloto, agarro su maletín del asiento trasero y saco de el una lupa. Tan absorto estaba que no se percató que el oficial de tránsito le tocaba el cristal. Gabriel, sin prestarle atención, guardó la lupa y el fragmento de pavimento en el maletín, le grito al oficial que se tenía que ir y se pasó por sobre la palanca de velocidades al asiento del conductor, puso en marcha el motor y arranco a toda velocidad hacia el sur. 
 
Con agilidad y contra la nueva disposición en el reglamento de tránsito, tomó su celular con la mano derecha y, marcando con el pulgar el número de la oficina, le pidió a la secretaria dijera a Fernando, su segundo de a bordo, le preparara el laboratorio.  
 
Cuando llegó a su oficina, Fernando y Clara, asistente del laboratorio, se encontraban en éste, sentados en esbeltos bancos de madera, frente a frente, y a ambos lados de la mesa de trabajo. Gabriel los alcanzo a ver a través del doble cristal que formaba el muro, un poco antes que la puerta automática se abriera al registrar su presencia.  
 
Los tres químicos se enfrascaron a investigar los componentes de la mezcla de la carpeta, sus características y sus orígenes; dos horas después, Gabriel salió del edificio y con una navaja cortó un pedazo de llanta, volviendo a meterse al edificio.  
 
Pasarlo tres horas más en las que estuvieron analizando los componentes de la llanta. Los tres estaban fascinados con sus descubrimientos, pero tanto Fernando como Clara no entendían como podía suceder eso. Gabriel comenzaba a entender todo. 
 
"La carpeta asfáltica" les empezó a explicar Gabriel "es un material de construcción utilizado para el recubrimiento final de la calles, las cuales llevan un cuerpo de terracería a base de grava compactada sobre un relleno también compactado, éstos diseñados bajo una carga específica para el tránsito que ha de soportar." 
 
"La carpeta contiene un 98% de granos semi finos y finos" siguió explicándoles Gabriel "amalgamados con una solución a base de petróleo."  
 
Recordando el tiempo en que estuvo dando clases, Gabriel continuó con su improvisada cátedra: "El neumático o llanta, es un cuerpo sólido con un cierto grado de flexibilidad y elongación que se utiliza en los rines de los autos para su desplazamiento, este material es de los menos resistentes a la fracción al piso, lo cual permite al vehículo desplazarse a mayor velocidad y menor gasto de combustible." Y terminó diciendo: "El material que se utiliza para su fabricación es una mezcla de caucho natural y sintético, y fibras plásticas."  
 
"Que tienen en común las llantas con la carpeta?" preguntó a sus compañeros. 
 
"Que uno rueda sobre el otro" dijo al instante Fernando con una sonrisa burlona que disfrazaba su total ignorancia al respecto. 
 
"El... petróleo...?" contestó preguntando Clara, un poco nerviosa como si estuviera en un examen oral de la facultad.  
 
"Si pero no" dijo Gabriel con firmeza, "ambos tienen razón, pero a lo que me refiero es que lo que tienen en común son los hidrocarburos, las fibras de caucho de la llanta y la carpeta están hechos a base de productos derivados de los hidrocarburos, pero..." paró en seco y se volvió hacia la mesa, unió si las dos muestras en un sólo recipiente "al unirnos aquí en la mesa no sucede nada..." dijo mientras se inclinaba sobre la mesa y fijaba su mirada en el contenedor.  
 
De pronto, se enderezó y oprimió el botón del intercomunicador de la extensión telefónica: "Tocaya" le dijo a la secretaria cuyo nombre era Gabriela "tráeme un vaso con agua, pero de lluvia". 
 
"Un vaso de agua, ingeniero...?" dijo la voz de la empleada. 
 
"Si, por favor," dijo el químico, "pero que sea de lluvia...". 

"¿de... lluvia...?" se quedó pensando Gaby, sin manifestarlo.
 
Mientras Clara y Fer se miraban atónitos, Gabriel conectaba el microscopio electrónico de barrido a la computadora y ésta al proyector. La sala se alumbró a un gran nivel, entonces tomó las pequeñas muestras de carpeta y neumático y las colocó en el porta objetos. Claramente y de gran dimensión se visualizaron en la blanca pared los detalles de las muestras, pero no se observaba nada más.
 
Llegó Gaby con un vaso con agua, la cual no era nada cristalina y se la entregó al ingeniero González, éste lo puso en la mesa de trabajo y tomó una jeringa con la cual extrajo un poco de agua del vaso. Gaby tomó asiento en el banco más cercano a la puerta corrediza de cristal. 
 
Miró su reloj: "las 15:15" pensó "y ni siquiera hemos comido...". Vació el agua en el portaobjetos, "inundándolo" y empapando ambas muestras. 
 
Nada pasó.
 
Fernando empezó a bostezar, Clara empezó a mirar también su reloj. Gaby comenzó a mirarse las uñas. 
 
Un minuto después se empezó a apreciar en la imagen proyectada que el agua empezaba a burbujear, todos se desperezaron y miraron fijamente la proyección: de la muestra de la carpeta empezaron a surgir unos como brazos que se extendieron hacia la el pedazo de llanta, envolviéndola y atrayéndola hacia sí. Cuando se unieron las dos muestras, el color de ambas se tornó verdoso, formaron una masa circular de la cual salían pequeños brazos en su circunferencia y los cuales "arrojaban" fuera de la masa verdosa el agregado pétreo. 
 
Todos quedaron entre asombrados y aterrados, el aumento del microscopio convertía a las pequeñas muestras en un enorme monstruo. 
 
"¡No puede ser...!" dijo Fernando. 
"¿Qué es lo que está pasando?" preguntó Clara. 
"¡Increíble...!!!" exclamó Gaby.
 
Gabriel cogió el vaso con agua y vació algo del contenido en un tubo de ensaye, el cual introdujo al analizador.  
 
Apoyó sus manos en la mesa, cerró sus ojos, bajó a cabeza y estuvo así durante casi dos minutos. Fernando, se levantó de su asiento y caminó hacia el analizador una vez que éste emitió el sonido de alarma que anunciaba la terminación del análisis. 
 
"Lluvia ácida..." musitó Fernando. 
 
"¿pH?" inquirió Gabriel...
 
"2.7" contestó Fernando "menor incluso al vinagre..."
 
"Eso es..." dijo Gabriel "eso es lo que está pasando..."
 
Enderezándose y volviéndose hacia los demás comenzó a explicarles: 
 
"La carpeta está hecha a base de petróleo y gravas, y los neumáticos son de una combinación de caucho natural y sintético que es un tipo de elastómero, lo cual le facilita sufrir mucho más deformación elástica que otros materiales." 
 
"El petróleo está formado principalmente por hidrocarburos," continuó diciendo "que son compuestos de hidrógeno y carbono, junto con cantidades variables de derivados saturados homólogos del metano." 
 
Acercándose al pizarrón blanco escribió mientras decía. "Su fórmula general es CnH2n+2".
 
"El caucho" dijo volteando hacia sus escuchantes "está formado por isopreno, compuesto orgánico que es el monómero o molécula básica del caucho, cientos o miles de de éstos forman un polímero, que se deriva en el caucho que conocemos y forma el neumático de los autos." Volvió a girar hacia el pizarrón  "la fórmula del isopreno es CH2=C(CH3)-CH=CH2..."
 
"Tanto las moléculas que componen el asfalto como las del caucho son hidrocarburos policíclicos, o sea, cadenas cerradas" continuó explicando mientras giraba hacia su audiencia "hasta aquí no hay ningún problema, pero es entonces cuando entra el agua de lluvia..."
 
Tomando un lápiz láser indicó hacia la proyección diciendo "como comentó Fernando hace un momento el agua de lluvia en la ciudad se ha tornado ácida, debido la combinación en el aire de los óxidos de nitrógeno, el dióxido de azufre y el trióxido de azufre emitidos por fábricas, centrales eléctricas, calderas y vehículos que queman carbón o productos derivados del petróleo que contengan azufre. En interacción con el agua de la lluvia, estos gases forman ácidos nítricos, ácido sulfuroso y ácido sulfúrico."
 
Tomó entonces otras muestras de carpeta y llanta y los introdujo en otro portaobjetos, sustituyendo el anterior, le vació un poco de agua y volteó de nuevo a la proyección "la acidez del agua disuelve los hidrocarburos de ambos elementos abriendo la cadena y generando que las moléculas se vuelvan a integrar quitando de esta nueva mezcla los sólidos de la grava y las arenas" dijo señalando las arenillas que la mezcla apartaba de sí con sus pequeños brazos. "El nuevo componente se alimenta a sí mismo tomando del asfalto todo el petróleo que le es posible, creciendo en masa y tamaño y desechando los corpúsculos de caliza."
 
"Entonces es así como se forman los baches..." interrumpió Gaby con asombro. 
 
"O sea" dijo en seguida Fernando "que el gobierno no tiene la culpa de los baches de la ciudad..."
 
"Ni los constructores..." terció Clara...
 
"Me temo que así es..." dijo Gabriel apagando su lápiz y volviéndose hacia sus colegas, terminó diciendo: "Damas y caballero, como sabemos el carbono es la base de la vida orgánica del planeta..." Clara, Gaby y Fer se miraron incrédulos entre sí previendo las palabras que Gabriel diría... "por lo que, teóricamente, estamos frente a una nueva forma de vida, una especie de virus que ataca a las calles..."
 
"¡No puede ser...!" volvió a decir Fernando. 
 
"¡Increíble...!!!" exclamó de nuevo Gaby.
 
"Sin embargo", habló de nuevo Gabriel, "la vida del virus es muy corta pues como vemos en la primer muestra en el portaobjetos, el virus muere cuando se acaba el petróleo del cual se alimenta y por la sobredosis de ácido que provee la lluvia disipando las nuevas moléculas..." volvió a colocar el primer portaobjetos, pero esta vez junto al segundo, "aunque, su tiempo de vida es relativamente corto, las nuevas moléculas alcanzan a trasladarse a otras partes de la calle o a otras calles al incrustarse en los gajos de las llantas, las cuales le sirven como medio de transporte". 
 
"Una vez que el petróleo de la carpeta es absorbido por el virus, un tramo de calle ha quedado sin el sello que el hidrocarburo le brinda, la lluvia entra franca por entre la grava separada afectando el terraplén compactado y agrandando el bache iniciado por el virus..."
 
Por el intercomunicador se escuchó el timbre de la puerta de entrada, Gaby se paró presurosa y salió del laboratorio para atender el llamado. 
 
"Fernando" le dijo Gabriel "manda recolectar algunos neumáticos para hacer más pruebas" y, volviéndose a Clara le pidió que recolectara agua de lluvia de los baches que encontrara en un radio de 2 km a la redonda. Salieron sus compañeros del laboratorio y él se sentó, extenuado, en el banco en el que estuvo sentada Gaby, al lado de la puerta corrediza de cristal. 
 
Cerró los ojos para descansar un momento, pensando en lo grandioso de su descubrimiento. Tal vez pudiera vender alguna idea al gobierno para que se mejorara el asfalto que utilizaban o, mejor aún, tal vez debía hablar con CEMEX para, a cambio de una buena bonificación, exponer su descubrimiento para que el gobierno cambiara todo el asfalto de las calles por concreto hidráulico... si cobrara un porcentaje, aunque fuera pequeño, por eso...
 
Los golpeteos de los dedos de Gaby en la puerta de vidrio lo sacaron de sus pensamientos... Giró su cabeza hacia el cristal y saltó sorprendido hacia un lado: frente a él estaba el encargado de la vulcanizadora, tocando a su ventana y avisándole que su llanta estaba reparada y lista, que si deseaba que la montara o la metía en la cajuela...
 
Gabriel salió disparado de su auto y giró su cabeza en todos los sentidos, reconociendo el lugar donde se encontraba: exactamente en la vulka de la Ave. Uno, a media cuadra del bache fatídico. 
 
Su celular sonó de repente. 
 
Lo tomó y miró la pantalla, era Fernando. 
 
"Gabriel" le dijo Fernando cuando contestó "voy a llegar tarde al laboratorio, ni te imaginas lo que me pasó... caí en un megabache y me están arreglando la llanta..."
 
"Claro que me lo imagino" le contestó Gabriel "me pasó lo mismo... también llegaré tarde..."
 

 
FIN



Nota del autor: No se dañó ninguna llanta ni carpeta asfáltica alguna para la realización de esta historia. Cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia.