Como cada año en noviembre
Después de Todos los Santos
La Muerte que siempre
va y viene
Fue a reclutar unos
tantos.
Se fue a la Refa primero
A levantar a don Joel
Y lo encontró entre los
fierros
Ya tomando café…
“Don Joel” dijo la
Pelona
“Conmigo te has de
venir”,
“Pues vamos por mi
señora”
Dijo él, “Así la
invito a salir…”
La muerte tomó su
rumbo
Saliendo con mucha prisa
Llegando a la calle de
Hamburgo
A por la Sra. Clarisa.
Y la vuelta
aprovechando
Con poca parafernalia
También se llevó a
José Pablo
Y a su hermanita
Natalia.
A la mamá de este par
No la encontró en la
casa
Y para podérsela llevar
Fue a por ella a Santa
Catacha.
La Huesuda va que
vuela
A los demás a recoger
Llegando a la
Estanzuela
Por Joel, hijo de
Joel.
Ahí pescó al susodicho
Y a su esposa,
Elizabeth,
Ella ni pío dijo
Mientras se fuera con
él.
Se llevó también a
Marcelo,
De sus niños el mayor,
A Rodrigo, Humberto y
Eugenio
En la casa nadie
quedó.
Luego fue por Joelillo
Al norte de la ciudad
Y aunque éste irse no
quiso
Tuvo que apechugar.
Se fue después por Gabriela
Y su esposo, Rafael,
Hasta allá fue a darse
la vuelta:
A Valles de San Miguel
A él lo encontró
trabajando
Como casi siempre ha
de estar
Y Gaby estaba
cocinando
Con su sazón especial…
A Fer la encontró
estudiando
Un trabalenguas
trilingüe
Inglés, francés y
coreano
Y la Huesuda: “¡Dios
me libre…!!!
Al Campeón, alias
Sebastián,
Lo encontró haciendo
tarea
Pero lo que hacía era
listar
El postre del sábado:
galletas.
Ya con ellos reunidos
Al panteón se dirigió
Y en tumbas, lápidas y
nichos
A todos los repartió.
Vuela, vuela paloma
Y di a todos los
oyentes
Que a los Torres la
pelona
Nos pela todos los
dientes…
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