El sábado fuimos al cine a ver "No se aceptan devoluciones". Llegamos al cine a las 5 con una súper fila para la compra de boletos en taquilla y una no tan súper para comprar boletos en un dispensador automático, los niños se "perdieron" en la tienda de videojuegos mientras hacíamos fila. Encontramos boletos para la función de las 7, y estuvo bien porque comimos y nos dimos un rol por el centro comercial. Cuando volvimos a las salas para entrar el largo de la fila seguía igual y cuando salimos después de la peli, a las 9:20 pm, la fila seguía "siguiendo" igual.
Me gustó la película. Me parece que es una buena idea y bien lograda, aunque usó algunos de sus recursos de televisión siento que no abusó de ellos. Es una película sencilla y te lleva por la trama entre risas y tristezas con un buen final.
La protagonista se roba la película y eso que, según entendí en alguna entrevista, no es actriz y se enteró del papel porque una amiga de su mamá vio un twit solicitando niñas para actuar y como su sueño era ser actriz sus padres la llevaron a la audición para que fuera probando. Se quedó con el papel y, para mi gusto, con la película.
Mi adorada esposa me decía que como que el título no va con la peli, a mi me parece que como que sí y como que no; el título no necesariamente tiene que describir la película, pero creo que se refiere a que si dejas algo por tu propia voluntad no tienes el derecho de reclamarlo de vuelta. Lo que me encantó fue el subtítulo (si pudiera llamarse así) "Eres lo mejor que no quería que me pasara..." (de alguna manera me identifico con él).
Me gustó la película por los mensajes que capto en ella: El miedo es parte de la vida y hay que vencerlo; La vida puede durar muchos años o solo siete, hay que vivirla al máximo y disfrutar a nuestra familia. Pero sobre todo, la lucha de Eugenio Derbez para logar sus metas, tardó 12 años en escribirla, financiarla, filmarla, producirla. Hoy está cosechando los frutos de su trabajo, tanto de la peli como todo lo que ha hecho, bueno o malo, en su carrera.
Pero lo que más me gustó es que Fernanda y Sebastián rieran como locos en las escenas cómicas y vertieran lágrimas en las parte tristes (aunque Sebastián dice que solo le salió una lágrima)... pues no se les veía muy animados para ir a ver esa película.
Lo único malo es que había mucho polvo en el aire de la sala lo cual causó que me lloraran un poco los ojos... pero aún así, acepto que no me devuelvan el tiempo ni el dinero que gastamos...
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