domingo, 14 de octubre de 2012

LA NOCHE DE ANOCHE

por ralero

Dicen que recordar es volver vivir.
 
No sé si tengan razón, pero después de un ajetreado sábado que inició con la descompostura del Blue, media jornada de trabajo, una comida sustanciosa en casa de mi santa madre de Dios hija, compras en el Mercado Juárez, un costeo de materiales en Home Depot y asistir a la Santa Misa para cumplir con el precepto dominical tuve la oportunidad de reunirme con dos de mis amigos en casa de uno de ellos.
 
La noche estuvo especial. Acompañados por nuestras respectivas y adoradas esposas así como de nuestros queridos hijos (quienes se perdieron entre las diversas áreas de la casa, a excepción de la hora de la cena) departimos por unas horas al calor de unas cervezas frías, un sabroso tequila y dos guitarras (olvidé la tercera en casa).
 
Con el apoyo tecnológico del iPod de la comadre Laura para las letras, con la inconfundible voz del compadre Enrique, el acompañamiento en la guitarra de Mando y el infructuoso intento de mi voz para hacer la segunda voz cantamos a José José, Camila, Serrat, Sabina, Franco de Vita y Juan Luis Guerra, interpretado este último por Lety y Mando con “Mi Bendición”; recorrimos la Alta Vista de hace algunas décadas, fuimos de nuevo a Astra y Autodescuento a bordo de una chopper para comprar un auto de armar volviéndole a dar las gracias a la cajera que amablemente y conmovida por la cara de dos niños a quienes les faltaban 50 centavos para completarlo, volví a comprar mi primer libro: 20 mil leguas de viaje submarino de pastas amarillas; colocamos de nuevo el nacimiento en el atrio de San Juan Bosco, revelamos el secreto de Mando para tocar guitarra y nos enteramos del accidente que modificó sus dedos para tocarla con la maestría que lo hace; visitamos Uruapan y la Huasteca Potosina, así como la presa de cantera en San Luis Potosí…
 
 
No sé si recordar es volver a vivir, pero la noche de anoche la vivimos mucho y muy bien…
 

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