domingo, 18 de agosto de 2013

LOS DÍAS RÁPIDOS

por ralero
 
"Y sin embargo, se mueve..." Galileo Galilei, 22 de junio de 1633
"y, a veces, de bajadita..." ralero, 18 de agosto de 2013

 

Hace unos días, estando en el trabajo, en un momento en que entré a la caseta para descansar un poco del candente sol que esta temporada de verano ha caído sin misericordia, como en muchas otras ocasiones por no decir todas, sobre la Sultana del Norte pude ver en el reloj de la computadora que ya eran las 13 horas…

¡Las trece horas…!!! Llevaba como cinco horas en la obra y sentía como si hubieran pasado apenas dos… Después de algunos tragos de agua y sentado aún frente a la compu vino a mi mente la revelación…

Ya antes había estado rondando en mi cabeza la idea de que algo pasaba en el universo que, de alguna manera, galaxias y planetas estaban siendo objeto de una aceleración en sus caminares, pero no acertaba a concluir en una idea o teoría que respaldara esta personal observación.

Pero en esta ocasión se había manifestado en mi mente la respuesta a este misterio del universo:

Todos sabemos que nuestro planeta gira alrededor de su propio eje y al mismo tiempo, junto con los otros planetas, gira alrededor del sol pero quizá hemos estado equivocados en cómo ejecuta estos movimientos. Consultando libros, enciclopedias, internet hemos visto en las imágenes cómo los planetas recorren una trayectoria elíptica alrededor del sol en un plano horizontal.

Y es aquí donde quizá estamos en un error. Tal vez lo que sucede es que nuestro planeta y sus compañeros estelares realizan sus órbitas no de manera horizontal, sino de forma vertical de manera que en el verano la Tierra “va de bajadita” en su órbita, por lo que al ir cayendo empieza a girar sobre su eje con mayor velocidad de manera que el tiempo pasa más rápido. Es decir, el día de 24 horas comprende una vuelta del planeta sobre su propio eje, y al ir hacia abajo gira más rápido siendo las mismas 24 horas (o la misma vuelta sobre su eje) pero transcurriendo más rápido.

De esta manera, una vez que el planeta llega al afelio (el punto más alejado de la órbita) inicia el “regreso y hacia arriba” provocando que la Tierra empiece batallar por la cuesta ascendente de su órbita y la percepción del transcurso del tiempo sea que va más lento.

No me cabe duda al respecto y sin el ánimo de poner en tela de juicio el trabajo de Copérnico, Brahe o Kepler ó sembrar dudas en el concepto del espacio tridimensional euclídeo o en la teoría del espacio-tiempo de Mikowski, creo que este gran descubrimiento, aunque no revolucionará la física matemática o cuántica, al menos si explicará porque en esta Sultana del Norte, los días del verano transcurren más rápido de lo que llegamos a percibir.

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