por ralero
"Y sin embargo, se mueve..." Galileo Galilei, 22 de junio de 1633
"y, a veces, de bajadita..." ralero, 18 de agosto de 2013
Hace unos días, estando en
el trabajo, en un momento en que entré a la caseta para descansar un poco del
candente sol que esta temporada de verano ha caído sin misericordia, como en
muchas otras ocasiones por no decir todas, sobre la Sultana del Norte pude ver en el
reloj de la computadora que ya eran las 13 horas…
¡Las trece horas…!!! Llevaba
como cinco horas en la obra y sentía como si hubieran pasado apenas dos… Después
de algunos tragos de agua y sentado aún frente a la compu vino a mi mente la
revelación…
Ya antes había estado
rondando en mi cabeza la idea de que algo pasaba en el universo que, de alguna
manera, galaxias y planetas estaban siendo objeto de una aceleración en sus
caminares, pero no acertaba a concluir en una idea o teoría que respaldara esta
personal observación.
Pero en esta ocasión se
había manifestado en mi mente la respuesta a este misterio del universo:
Todos sabemos que nuestro
planeta gira alrededor de su propio eje y al mismo tiempo, junto con los otros
planetas, gira alrededor del sol pero quizá hemos estado equivocados en cómo
ejecuta estos movimientos. Consultando libros, enciclopedias, internet hemos
visto en las imágenes cómo los planetas recorren una trayectoria elíptica
alrededor del sol en un plano horizontal.
Y es aquí donde quizá
estamos en un error. Tal vez lo que sucede es que nuestro planeta y sus
compañeros estelares realizan sus órbitas no de manera horizontal, sino de
forma vertical de manera que en el verano la Tierra “va de bajadita” en su órbita,
por lo que al ir cayendo empieza a girar sobre su eje con mayor velocidad de
manera que el tiempo pasa más rápido. Es decir, el día de 24 horas comprende
una vuelta del planeta sobre su propio eje, y al ir hacia abajo gira más rápido
siendo las mismas 24 horas (o la misma
vuelta sobre su eje) pero transcurriendo más rápido.
De esta manera, una vez que
el planeta llega al afelio (el punto más
alejado de la órbita) inicia el “regreso y hacia arriba” provocando que la
Tierra empiece batallar por la cuesta ascendente de su órbita y la percepción
del transcurso del tiempo sea que va más lento.
No me cabe duda al respecto
y sin el ánimo de poner en tela de juicio el trabajo de Copérnico, Brahe o
Kepler ó sembrar dudas en el concepto del espacio tridimensional euclídeo o en
la teoría del espacio-tiempo de Mikowski, creo que este gran descubrimiento,
aunque no revolucionará la física matemática o cuántica, al menos si explicará
porque en esta Sultana del Norte, los días del verano transcurren más rápido de
lo que llegamos a percibir.
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